Dirigir un equipo de venta en ruta no es para cualquiera. Es un trabajo agotador, desgastante y, aun con todo el esfuerzo, lleno de fallas que impiden alcanzar los objetivos.
Desde el momento en que un vendedor sale a la calle para hacer su ruta, prácticamente se convierte en un misterio. ¿Está visitando a todos los clientes que dice en su reporte? ¿Realmente intentó vender o solo hizo acto de presencia? ¿Cuánto tiempo dedicó a cada visita? ¿Se puede mejorar su rendimiento?
Si tu empresa todavía depende de procesos manuales, nunca tendrás respuestas claras. Y lo sé porque he estado en ambos lados: como vendedor en ruta y como jefe de vendedores.
El Antes, Papeleo y Adivinanzas
Muchas empresas siguen operando con métodos obsoletos. Los vendedores terminan su jornada y, al llegar a la oficina, deben llenar formularios de pedidos y reportes de visitas… ¡a mano!
Esto genera varios problemas:
- Información poco confiable: No puedes verificar si las visitas realmente se hicieron.
- Falta de control: No sabes con certeza qué ocurre en la calle durante el día.
- Poca eficiencia: Se pierde tiempo en papeleo en lugar de vender.
Y cuando se trata de autoventa en ruta, donde el vendedor lleva un vehículo lleno de producto, los costos son aún más altos. Cualquier error significa pérdidas directas.
El Después: Automatización y Control Total
La buena noticia es que todo esto se puede mejorar… y por mucho. Implementar herramientas tecnológicas para la gestión de ventas en ruta no solo es posible, sino que resulta económico comparado con los beneficios.
Con una app para venta en ruta adecuada, puedes:
- Supervisar en tiempo real a tu equipo.
- Optimizar rutas y tiempos de visitas.
- Tener reportes automáticos y confiables sobre pedidos, ventas y desempeño.
- Reducir costos y aumentar eficiencia en la operación.
Simplificar las tareas de ventas, pedidos y optimizar las entregas, mientras se implementa supervisión en tiempo real, puede marcar la diferencia entre seguir adivinando o tomar decisiones estratégicas con datos reales.
La pregunta no es si debes modernizar tu sistema de ventas en ruta, sino cuánto tiempo más vas a seguir operando a ciegas.